El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




lunes, 25 de abril de 2011

Pedid y se os dará

            Con suavidad se van sucediendo los minutos, las horas, los días, las semanas, los meses, con suavidad se van sucediendo las estaciones de manera cíclica, primavera, verano, otoño, invierno, y otra vez la primavera, todo vuelve, todo es un  continuo.
            De la misma manera se va deslizando la vida: Los mismos pensamientos, las mismas acciones, los mismos sentimientos, las mismas emociones; la vida también es un continuo. Es un continuo hasta que tú decides que ya está bien: Cuando tú decidas que has sufrido lo suficiente, se acabará el sufrimiento; cuando tú decidas que te has aburrido lo suficiente, se acabará el aburrimiento; cuando tú decidas que has sido suficientemente pobre, se acabará tu pobreza.
            “Pedid y se os dará”, ¿Cuántas veces has escuchado esta frase? “Pedid y se os dará”. La vida sólo es un reflejo de aquello que pides. No, no estamos locos, ¡es así! Puedes jurar por activa y por pasiva que lo que deseas es ser feliz, y sin embargo, estás viviendo el sufrimiento. Pero es que no te basta con jurarlo, ni tan siquiera con desearlo. Tienes que pedirlo, y después, esperar que llegue.
Imagínate que tienes hambre, y que entras en un restaurante para saciar tu hambre, y que pides el primer plato, y justo después de pedirlo, te levantas y te vas. Es cierto que tienes hambre y deseas comer, es cierto que pides la comida, pero también es cierto que no las has esperado y te has ido, con lo que seguirás teniendo hambre.
Así es en la vida. Quieres ser feliz, que es como tener hambre; deseas la felicidad, e incluso empiezas a realizar alguna técnica para conseguirla, que es como pedir la comida; pero sigues anclado/a en los mismos pensamientos y realizando las mismas acciones, que es como levantarse e irse del restaurante.
“Pedid y se os dará”. Pide, agradece de antemano lo que vas a recibir y,  espera. Espera que llegue tu petición, con paciencia, sin alterarte, sin volver a realizar las acciones anteriores, actuando como si ya hubiera llegado tu pedido, es como ir salivando, esperando la comida.
Mientras esperas abstente de juicios y críticas, hacia los demás y hacia ti mismo/a, no te lamentes, observa la vida y acéptala, sin condiciones, perdona cualquier acción que te desagrade de los demás y de ti mismo/a, piensa que todas las personas tienen un motivo para actuar como lo hacen, ya sea real o imaginario, piensa que ellas también tienen hambre, pero no han tenido la paciencia suficiente para esperar la comida. Observarás como va llegando tu petición, a veces llega el pedido completo, y otras veces llega en diferentes entregas, todo depende de la fuerza de tu petición y de tu paciencia en la espera.
Piensa que todos somos iguales, que el Dador de peticiones escucha a todos por igual, y que Él intenta hacer la entrega, pero no todos han sido capaces de aguantar la espera, por lo que el pedido no puede llegar al destinatario.
Pide, que el paquete siempre llega a su destino, y espera para que cuando llegue el repartidor te encuentre en casa.

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