El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




martes, 19 de julio de 2011

Claves para la vida eterna


         Más de una vez hemos dicho, que necesitamos tener la inocencia de los niños para crecer espiritualmente, lo suficiente, como para no volver a encarnar, y acabar así con nuestro ciclo de nacimientos y muertes.
          Al decir que hemos de tener la inocencia de los niños, nos estamos refiriendo a su bondad innata, a su gran corazón, a su falta de maldad, a su falta de crítica, a su desconocimiento del rencor.
          Esa es la misma inocencia de la que disfrutan los seres que están al otro lado del cuerpo, y que han llegado a ella en virtud de su esfuerzo, han llegado a ella porque han comprendido lo que es la fraternidad, la solidaridad, la compasión, la unión y el amor. Los seres que ya viven, para siempre, en otras dimensiones, se caracterizan por la fraternidad y el servicio desinteresado. Pero, no han llegado a disfrutar de esas virtudes una vez han abandonado el cuerpo, no. Para vivir en esas otras dimensiones para siempre, es imprescindible trabajar esas cualidades en la Tierra, y hasta que no se consigan esas cualidades desde el cuerpo, seguiremos en nuestro ciclo de muerte y reencarnación.
          El primer paso, es comprender de manera clara, que los pensamientos y las emociones, afectan grandemente al crecimiento espiritual. Por una razón muy sencilla, porque pretenden amarrar el alma a la materia. Pero el alma no puede atarse a la Tierra, y lo único que se consigue es la desconexión del alma, es retraso en el verdadero conocimiento, es retraso en el crecimiento espiritual.
          Hoy día, en que la información está al alcance de todos, es raro encontrar personas en los países del primer mundo que no hayan oído hablar del alma, de la reencarnación, del crecimiento espiritual, de la energía, del sentido de la vida, etc., etc. Unas personas, no hacen caso, porque están acostumbradas a vivir desde el sufrimiento, desde la mente, y no quieren escuchar que tienen la felicidad al alcance de la mano, ¡no es su momento!, han de seguir siendo bebés espirituales unas cuantas vidas más. Otras muchas, creen efectivamente, que la vida material sólo es un aprendizaje para acercarnos a Dios, nuestra única y definitiva realidad, pero sólo lo creen mentalmente, ya que consideran duro el trabajo a realizar, y prefieren seguir leyendo libros en vez de poner en práctica lo aprendido, prefieren comentar las vidas de otros que si han buscado a Dios por diferentes caminos, en vez de imitarles; prefieren quejarse de la vida material, antes de empezar a vivir la vida espiritual; en suma, también siguen siendo bebés espirituales, aunque traten de disimularlo.
          A ti, qué crees realmente que está vida solo es un lapsus en la vida eterna, y que quieres dejar a un lado el auto-engaño en el que vives, te detallamos unas cuantas claves para que puedas comenzar a vivir una vida plena, una vida de felicidad, una vida de satisfacciones, una vida de hermandad, una vida de servicio, una vida de amor:
- Se sincero/a y honesto/a: Que tus pensamientos, tus palabras y tus actos sean coincidentes. No pienses una cosa, digas otra y hagas otra diferente.
- Cambia los malos hábitos que afectan a tu cuerpo, a tu mente y a tus emociones: Al cuerpo aliméntale de manera sana y natural, además de mantenerle sano y fuerte. Enseña a descansar a tu mente de pensamientos equivocados y circulares. No vivas permanentemente las mismas emociones.
- Elimina la pereza, fortalece la voluntad: Para trabajar cualquiera de las claves que aquí aparecen es imprescindible la voluntad. Empieza por pequeños retos, para ir fortaleciendo tu carácter, los grandes retos llegarán solos.
- Acepta los obstáculos, las crisis, las caídas: Sólo son pruebas que se han de pasar, igual que los estudiantes han de pasar sus exámenes. Estos sólo hacen que fortalecer a la persona y acercarla a Dios.
- Evita el auto-engaño: Se ha de permanecer alerta de manera permanente, la mente utiliza miles de estrategias para convencerte de que lo estás haciendo bien.
- Selecciona a las personas con las que te relacionas: No todas están vibrando en la Luz. Si deseas evolucionar has de seleccionar y frecuentar a las personas que vibran en un nivel alto de evolución. En la etapa de la evolución es mejor ser alumno que maestro.
- Ser humildes: Ninguno estamos exentos de vanidad.
- Evita cualquier tipo de explotación, de especulación, de manipulación: Por una sencilla razón, “todos somos hermanos”.
- Respeta el proceso de los que te rodean: Y ayúdalos cuando lo necesiten, de manera desinteresada, sin orgullo, sin vanidad, con humildad.
          Tú, que si crees en la vida eterna, y que sabes que esta vida sólo es un aprendizaje, aprende rápido y practica para no tener que volver.

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