El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




sábado, 10 de noviembre de 2012

Curar es hacer feliz


            Cuando leía en “Un curso de milagros” que “Curar es hacer feliz”, no podía por menos que pensar, en que un gran número de personas, a pesar de entender intelectualmente su significado podría estar lejos de integrar en su interior tal afirmación, porque posiblemente les es difícil integrar cada una de sus partes.
            Si hacemos una encuesta con la pregunta de ¿Qué es la felicidad?, es posible que obtengamos un sinfín de respuestas, pero ¿Cuántas de ellas nos dirían que la felicidad es un estado interior?, ¿Cuántas dirían que es el estado de “todo está bien”?, ¿Cuántas de ellas no asociarían la felicidad a cuestiones materiales que existen en el exterior y que les conducen emocionalmente a un estado que califican como de felicidad, pero que no es más que un estado de euforia pasajera?, y si alguna persona diera estas respuestas, ¿Sería realmente feliz, cada segundo de su vida, un día tras otro? Creo que esto puede entenderse intelectualmente, pero no se integra. Es como el aceite que se intenta mezclar con el agua, es imposible, el aceite siempre se quedará en la superficie del agua sin mezclarse con esta. Lo mismo pasa con la explicación de la felicidad, se queda en la superficie de la mente sin penetrar en su interior.
            Y la enfermedad, ¿Qué entendemos por enfermedad?, seguro que todos calificaríamos como sana a una persona que no tiene ningún problema físico, ni está loca, ni tiene depresión. Pero, ¿Podríamos decir que está sana una persona que se irrita, que es intolerante, que es impaciente, que guarda algún tipo de rencor en su interior, que critica a los demás, que controla, que es exigente, o que rechaza algún aspecto de alguien? Está claro que no tiene ninguna enfermedad física, pero, ¿Cómo se encuentra su mente?, ¿Se puede calificar como sana una mente con esas características?
            No, no es una mente sana. Todas esas características no son más que hábitos negativos, y seguro que para justificarlos, podemos encontrar un sinfín de explicaciones. Es igual, no sirve ninguna explicación, son hábitos enfermos de una mente enferma, de una mente que ataca y, por lo tanto teme ser atacada.
            Recuerda que cada defecto que reconocemos en otro, lo reconocemos en nosotros mismos. Por lo tanto es algo a sanar; y si hay algo a sanar es que existe la enfermedad. Así que tenemos un trabajo a realizar, “sanar la mente”. No te quedes tan tranquilo porque no tienes ninguna dolencia física, porque cada enfado, cada irritación, cada muestra de intolerancia, de impaciencia, de exigencia, de crítica o cada intento de manipular a los demás, solo es el reflejo de una mente enferma. 
            Permite que desaparezca de tu mente cualquier miedo a ser atacado, sustitúyelo por el amor, y aparecerá en ti, como por arte de magia la felicidad. Así podremos hacer realidad la idea de que “Curar es hacer feliz”.
 

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