El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




lunes, 21 de julio de 2014

Fracaso en la pareja


            Aconsejo a los religiosos, creyentes, devotos, seguidores y practicantes de todas las religiones, así como a todos aquellos influenciados por las insanas creencias de la sociedad, a los meapilas, a los hipócritas, y a los fariseos, que no sigan leyendo, ya que no es una entrada que les pueda interesar porque va claramente en contra de sus intereses. Esta es una entrada para afianzar el respeto, y no creo que ningún adalid de la pureza que viva blandiendo su espada de fuego en contra de los que consideran que viven en pecado, conozcan mucho de él.
            Así que ahora que ya hemos quedado solos los pecadores, podemos comenzar. No existe fracaso en el matrimonio o en la pareja, ya que el fracaso es la no consecución del éxito, y en la pareja, teniendo en cuenta que ni los mismos integrantes conocen la razón de su unión, no se puede hablar de fracaso. Se puede, sin embargo, hablar de éxito en todas las uniones, aunque, la mayoría de las veces es un éxito agridulce, o incluso amargo, por el desconocimiento del ego sobre cuál es la causa y los objetivos de la unión.
            Para entender el párrafo anterior sería bueno remontarnos al espacio entre vidas anterior a la encarnación en la que se produce la unión de la pareja. En ese espacio, antes de encarnar en la materia, cada alma organiza su vida y firma su contrato. Ya sabemos que elegimos los padres, el lugar de nacimiento, así como las relaciones y el trabajo a realizar. También se organiza y se firma las uniones de las personas así como los objetivos a alcanzar en ellas.
            Cada unión tiene por objetivo el aprendizaje, la cancelación de deudas kármicas, la recepción de débitos, y la enseñanza. El alma, aunque el ego tenga un total desconocimiento de la tarea a realizar, sigue las pautas establecidas para que la unión se de, y el trabajo se realice.
            Por lo tanto, las uniones pueden durar un instante, un tiempo más o menos largo, o toda una vida. El problema surge cuando la unión no debe durar más allá de un tiempo limitado y choca frontalmente con las creencias religiosas o con las creencias de la sociedad, que impone que una unión debe durar toda una vida.
           
             Existe un problema añadido, posiblemente el más importante, y es que las uniones no se establecen desde el Amor del alma, desde el Amor divino, desde el Amor incondicional. Las uniones se establecen desde lo que podríamos llamar amor humano, que no es más que una emoción, una mezcla de amor-deseo, en el que priman múltiples factores, totalmente alejados de la energía del Amor. Esos factores pueden ser la atracción física, el deseo sexual, o intereses materiales, como pueden ser alcanzar una buena posición social, una mejora en la economía, la necesidad de compañía o satisfacer a la sociedad para evitar “el qué dirán”.
            Y aún podríamos hablar de otro problema más, como es la falsa creencia de bastantes hombres de que en la unión la mujer tiene un papel de servilismo, y la falsa creencia de las mujeres de que efectivamente es así y que han de intentar satisfacer al hombre en todo lo que se supone que a este le agrada. Esto es dramático, esos hombres de hombre solo tienen el nombre, y las mujeres, con esa creencia, clara muestra de que no se respetan a sí mismas, es lógico y normal que no reciban el respeto que merecen como seres humanos.
            Hagamos un inciso, para recordar que todos, hombres y mujeres, somos exactamente iguales. Todos somos alma, todos somos una Chispa Divina, todos somos hijos de Dios, que un día decidimos encarnar, por propia decisión, y en esa encarnación le pusimos al alma, para facilitar el trabajo a realizar, un ropaje de hombre o de mujer. La realidad es que somos eternos y que no tenemos sexo. Líbrese bien el miembro de la pareja que maltrate física o emocionalmente a su pareja, porque en próximas encarnaciones es posible que tenga el sexo contrario a la encarnación actual para recibir en carne propia el daño generado.
            Con todo ese panorama, se establece la unión para realizar el trabajo acordado, que se puede realizar o no; pero ante la falta de autentico Amor, ninguno de los miembros de la pareja van a ser capaces de identificar cuando ha finalizado ni el trabajo ni la unión. A partir de ahí surgen los engaños, los sufrimientos, los desencuentros, los maltratos y mil y una desgracias más.
            Con lo fácil que es identificar cuando ha finalizado la unión, y de manera racional, basándose en el Amor, el cariño y el respeto, concluir esa unión, que no la relación, apoyándose ambos en los primeros momentos, esos que la sociedad se encarga de calificar como dramáticos, cuando, sin embargo, ha sido una relación exitosa, porque no solamente han cumplido su compromiso, sino porque han podido extraer el aprendizaje y abstraerse de la conciencia social.
            Cuando el hombre entienda que no solo no es superior, sino que posiblemente camine varias pasos detrás de las mujeres, y cuando la mujer aprenda a respetarse a sí misma, y entienda que su sumisión a la tiranía es el aprendizaje que está dando a sus hijos, que serán tiranos, y a sus hijas que serán esclavas, se habrá acabado la lacra de maltratos y engaños en la pareja, aunque no basen su relación en el Amor, pero si lo hagan en el respeto mutuo.             

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