El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




jueves, 5 de marzo de 2015

El diario de Patricia (9)


Cosas cotidianas elementales
Les dije anteriormente que soy una buscadora de la verdad de la vida, verdad que increíblemente halle gracias a la enfermedad y alguien me la volvió a recordar no hace mucho: La gran verdad de la vida es que somos hijos de un Dios. Increíblemente maravilloso. Para eso no hay adjetivo terrenal posible. Claro que ahora estamos pasando por una experiencia humana con retos y desafíos. Una vida fácil sería muy aburrido, ¿O no? No lo sé, no conozco el aburrimiento, en serio, a pesar de que la mayor parte del tiempo lo paso en casa. Salgo a diario a la calle aunque sea a la esquina de mi casa, porque si permanezco en casa más de tres días, “enjaulada”, como le digo a mama en broma, me dan tantas ansias que necesito salir a la calle, a pesar de que mi casa es grande y tiene patio y jardín.
Pero nada se compara a la sensación de ver gente apurada, el bullicio de la calle, los autos que van y vienen. Me encanta la variedad de gente, de todos tamaños, de todo grosor, con toda clase de vestimentas, niños, adultos, ancianos, muchachas, señoras, etc., ¡tanta mixtura!.
No sé porque cuando estoy observando a la gente hago volar mi imaginación, todo me da curiosidad, y creo que ese es el secreto de no aburrirme nunca. La imaginación y la curiosidad son la chispa que mantiene al ser humano vivo. Bueno, la curiosidad con moderación, ya todos saben que la curiosidad mato al gato.
Entre otras cosas, lo que más hago en casa es leer todo lo que caiga en mis manos, leo el periódico, aunque me dicen que no debería leer los diarios ya que solo traen malas noticias, pero deseo estar informada de lo que está pasando en este planeta. Lo mismo pasa con los noticieros, necesito verlos solo para informarme de lo que está sucediendo sin involucrarme sentimentalmente mucho con lo que vea o escuche.
No digo que sea fácil no sentir nada cuando se escucha la noticia triste de algo que le ocurre a alguien, pero el hecho ya ocurrió y no creo que ayudemos mucho poniéndonos tristes, mejor haríamos enviándoles pensamientos positivos para que se recuperen, según el caso. Por ejemplo en un accidente de tránsito hay un dicho que dice algo así: Para que llorar sobre la leche derramada, este refrán cae a pelo a esta parte porque ya pasó, ya fue, mejor ayudas con tus buenas vibras de amor.

Además de leer los periódicos, leo las revistas de los testigos de Jehová. Traen artículos interesantes, claro no con todas estoy de acuerdo.
En días de sol suelo tomar dosis de vitamina D para los huesos, el Inti padre de los incas es el más  grandioso regalo que hizo Dios a la humanidad, el lindo sol que nos alegra la vida. ¡Los días sin sol son tan grises!
Aunque ahora, por eso de la capa de ozono y el cáncer a la piel está un poco peligroso tomar mucho sol, pero a horas adecuadas, está bien aun así que si es un día de sol imagínenme cual lagartija en las rocas calentándome del frio, cada año más intenso que el anterior.
Pero no solo me ocupo de mi parte intelectual, el cuerpo físico es muy importante y tengo que moverme si o si. Mi mama me lo recuerda a cada momento, tiene razón,  para evitar los problemas de la parte motora de mi cuerpo debo estar activa, subir y bajar gradas aunque sea dar vueltas en mi patio. A ratos me da el impulso de correr, supongo que es parte del mal de mi cuerpo, o quizás sean las ganas locas de volar como una gorrioncilla pecho amarillo.
Cuando el jardín esta con arbustos silvestres, o como dicen los jardineros “la mala hierba” esta crecida, me encargo de arrancarlas, pero como los arbustos también son seres vivos les pido permiso, ya que merecen respeto. Pido permiso a su “elemental” que es una especie de guardián de la parte más sutil de la planta, guardián que casi nadie ve, excepto los seres más puros. Mi perro debe de ser muy puro porque yo creo que ve hadas y a los “elementales” de las flores, porque camina muy gracioso en el jardín, más específicamente de puntillas, como si no quisiera despertar a alguien que duerme en las flores, y  además camina en círculos. Es un chiste verlo.
Últimamente estoy planeando en lo que respecta a la jardinería y a trabajar con la tierra, hacer junto a mi mama un pequeño huerto en una partecita de la casa. Ya tenemos seleccionadas las plantas y semillas que serán de: Planta de tomate, planta de manzano, de pera de agua, limones nísperos y semilla de hierbas aromáticas, como menta, manzanilla, hierba buena, romero, toronjil, salvia muña y cedrón; semilla o planta de lechuga, repollo, zapallo, calabaza y rabanitos. No sé si algunas de estas plantas puedan crecer por el clima. Supongo que en la época de invierno tendremos que protegerlo, y lo bueno es que ya llega el tiempo de lluvia, así no tendré que regarlas, ¡que pereza! Espero que este huerto pronto se haga realidad porque ahora es solo un sueño, un sueño posible.
A parte de tener este plan para el futuro, por el momento estoy concentrada en el hoy, que como dije anteriormente es lo único real, al abrir los ojos lo primero que hago es agradecer a Dios  por el nuevo día, es un regalo.
No me imagino cómo será que algún imprudente medico te diga que te quedan tantos meses de vida, debe ser como arrancarte la vida de raíz. Ahí es cuando más te aferras a la existencia, si es que tienes motivación. Digo esto porque he conocido gente que se abandona a si misma, y su único anhelo es la muerte. Pero ese es otro tema.
Hablando de cosas cotidianas básicas, esta la alimentación. Soy una carnívora confesa, aunque se que debería ser vegetariana por mi salud. Debo decir en honor a la verdad que tuve tres recaídas voluntarias solo por un antojo. No pretendo quitarme la carne de un momento a otro porque sé que eso podría alterar mi cuerpo y mis emociones, será, pero va a ser algo paulatino.
Mucha gente, además de un naturópata me ha dicho que debía dejar la carne en mi dieta, y antes mucho antes, casi con el comienzo del mal, notaba que ciertos alimentos me caían mal: la leche, la carne y el azúcar. Por eso cuando tengo que salir a la calle los evito, porque me ponen pesada, y en la calle debo estar ágil para subir y bajar de la combi y si como alguna de estas comidas me tendrían que cargar. Bueno exagero un poco, pero si es verdad que el azúcar me marea.
Y aun es peor si tomo uno de esos jugos de cajita de envase, ¡ah! Mucho, muchísimo peor, ya que si por casualidad como un poco de mantequilla me pongo muy mal. Esto tiene su explicación y es que el cerebro es pura grasa y si por ende se alimenta de grasa, que como la mantequilla además es refinada y procesada me mata. Los especialistas afirman que la mejor grasa para el cerebro es la de los frutos secos como las nueces, castañas, almendras.
Así es como funciona mi cuerpo y he aprendido a conocerlo con solo mirar mi abdomen. Sé si me contagie de un virus porque mi barriguita esta roja y con granitos, entonces es claro que pronto estaré mal, ya sea la gripe o salmonella, aunque nunca la tuve, pero una vez creí tenerla porque tuve el estomago muy suelto. Hace como tres semanas me desperté cansadísima, creí que iba darme la gripe, pero no, sentí un leve mareo y ese día visite “la oficina”, o sea, el baño cuatro veces, casi quedo invisible y pensé que era salmonella porque uno de los pollos que tengo en casa, tengo tres, el día anterior bebió agua del mismo vaso que yo, y es posible que su pico hubiera estado en contacto con sus heces. Pero no, al día siguiente ya estuve bien solo con tomar un poco de suero casero. Ni una pastilla. Gracias a eso ayune todo un día completo. Es posible que lo que tuve fuera solo un empacho por estar picando una y otra cosa todo el día.
Por lo que como debía estar gordita, pero creo que es algo hereditario, mama es delgada, y yo aunque quisiera subir unos cinco kilos, no puedo ni me importa mucho, no está en mis prioridades.      
     

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