El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




miércoles, 11 de marzo de 2015

La vida se nos va como el agua en las manos


Me he permitido extraer del Diario de Patricia (10) los dos párrafos que transcribo a continuación, espero que a Patricia no le importe, pero es que me he sentido identificado con la falta de conciencia que ella comenta que casi todos tenemos de apreciar la belleza del momento:
“No es que pretenda no envejecer, porque si algo he aprendido en este tiempo es a vivir el hoy, cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día. Lo que realmente cuenta es apreciar cada instante, apreciar lo fascinante que es el presente. Y esto es algo, que, a veces, se me olvida. Creo que a casi todos nos falta tomar conciencia de la belleza de cada momento.
¡Es tan obvio que nuestro tiempo es limitado!, pero casi todos lo olvidamos. La cantidad de tiempo en nuestra vida como humanos, es limitada, y lo es por las mismas leyes de la vida, o por el destino, o que se yo, la cuestión es que nuestra vida es muy corta como para perderla en cosas banales. La vida se nos va como agua en las manos”.
 
Si, es claro que volvemos a la vida una y otra vez, pero cuando estamos en la vida no recordamos si hemos vivido antes o no, no recordamos si vivíamos sin cuerpo o no, no recordamos de dónde venimos o adónde vamos, no recordamos nada más que la vida que tenemos, por lo tanto nos da más o menos igual todo lo que haya pasado antes de la vida, porque solo tenemos consciencia de la vida que vivimos.
Por lo tanto, podemos decir que la vida actual es única, como únicos son cada uno de los momentos contenidos en ella. Cada momento inconsciente es un retazo de vida no vivida, cada momento de tristeza es un retazo de vida no vivida, cada momento de enojo es un retazo de vida no vivida, y si en ese retazo de vida no vivida estuviera contenido todo el aprendizaje de la vida, ¿De qué nos habría servido la vida?
Como dice Patricia, nuestro tiempo es limitado, ni sabemos si será más o menos larga nuestra vida, pero por muy larga que sea, es limitada, se pasa en un suspiro. Pasamos de la infancia a la juventud, a la madurez y a la vejez en un plis. No podemos desperdiciar ni un instante de nuestra vida, no aprovechar cada segundo es una verdadera aberración.
Analiza tu vida. ¿La estás viviendo de manera consciente al ciento por ciento?, Dejas de vivir cada vez que te subes al carrusel de la mente, por cualquiera que sea la razón: dolor, tristeza, sufrimiento, enfado, rememorar el pasado, aunque sean momentos felices, porque no vives la realidad, vives los pensamientos; dejas de vivir cada vez que juzgas, o comparas, o criticas, dejas también de vivir cada vez que pasas de la contemplación a la opinión. ¡Cuánta vida desperdiciada!
Solo los niños aprovechan la vida, aunque en ese momento ellos no lo saben y no lo entendemos los adultos. Bendita sea Patricia que todavía se atreve a saltar cuando se siente feliz y contenta. El resto de adultos viviríamos más plenamente la vida, si saltáramos con ella en lugar de juzgar su atrevimiento.
 

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