El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




sábado, 5 de diciembre de 2015

Miseria emocional


La ocupación favorita de los seres humanos es vivir la infelicidad, es alimentar el sufrimiento, es programar su enfermedad, es esforzarse para ser cada día peor que el anterior, es criticar sin misericordia y juzgar sin compasión.

Sabemos que nadie quiere mantenerse ocupado en estos menesteres, pero es lo que todo el mundo hace, pensemos que de manera inconscientemente.

Y lo hacemos muy bien. Somos auténticos profesionales. Nos han enseñado de maravilla. Felicidades a los padres, felicidades a los maestros, felicidades a los líderes de opinión, a los líderes políticos, a los líderes religiosos, felicidades a todos aquellos que se esfuerzan porque el mundo sea cada vez peor. Lo están consiguiendo.

            No soy agorero, pero el mundo como tal, no da la impresión de que mejore mucho. Si parece que hay un poco más, no mucha, de ayuda humanitaria ante las catástrofes, ante el hambre permitido por los gobiernos de turno en decenas de países, ante las desgracias ocasionadas por las múltiples guerras que asolan el planeta, pero son totalmente insuficiente para cubrir las necesidades básicas de todos los que la necesitan.

            Y si somos incapaces de cubrir las necesidades básicas físicas y materiales de todos los que pueblan el planeta, como vamos a conseguir, ni tan siquiera a intentar paliar las necesidades emocionales.


            Posiblemente no interesa que las personas se encuentren emocionalmente estables, porque entonces dejarían de pensar y de hablar de sus desgracias y se correría el peligro de que pensaran en lo que realmente están haciendo sus dirigentes políticos, sociales y religiosos, y eso no les interesa. Tampoco interesa que la gente incremente su nivel cultural, por eso nos dan, juegos y circo como instauraron los romanos hace dos mil años. Nuestros juegos y nuestro circo son la basura de la tele, el fútbol y el sexo. Todos saben quiénes son los mejores jugadores de fútbol del mundo, o las mejores “top model” del momento, pero nadie es capaz de nombrar a tres premios Novel.

            La incultura, la falta de respeto, la hipocresía, la ignorancia, la avaricia y el miedo, son las monedas de cambio de un mundo, el actual, que actúan como verdadero caldo de cultivo del sufrimiento, de la enfermedad y del dolor.

            Todos los que tienen un poco de responsabilidad con grupos, ya sean grandes o pequeños, ya sean comunidades religiosas o municipios, ya sean medios de comunicación, escuelas o universidades, son responsables del atontamiento general de masas que existe en la actualidad en el planeta.

Mientras un maestro pasa hambre, un pobre niño sin cultura, gana miles de millones solo por darle patadas a una pelota. Y eso no es lo malo, lo peor es que el mismo maestro se gasta su dinero para ver como ese niño patea la pelota.

Algunos cuando llegan a la edad adulta comienzan a buscar respuestas a las preguntas del por qué de la existencia de tanta incongruencia sobre la Tierra, de por qué tanto despropósito, de por qué tanta ignorancia. Y pasan el resto de su vida para tratar de vivir la vida de otra manera, para lo cual han de vencer la intolerancia y la incredulidad de los que les rodean.

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