El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




jueves, 31 de marzo de 2016

La evolución del hombre (y III)

         La evolución en cada alma no se rige por parámetros fijos ya que cada persona trabaja los aspectos que considera oportunos. No hemos de olvidar que somos total y absolutamente libres para realizar nuestro camino de vuelta a Dios de la forma que más nos apetezca.

         Esto supone que nos encontramos con todo tipo de caracteres en la vida, desde los que parecen más evolucionados, hasta los que no lo parecen nada.

Pero no hay que fiarse de las apariencias, engañan mucho, y en cuanto a evolución espiritual se refiere mucho más, porque quien se encuentra más evolucionado, es decir, más cerca de Dios, cuenta poco y habla menos, y esto es por dos razones: Una, que al encontrarse algo más cerca de Dios, aun quiere acercarse más y dedica todo su tiempo a proyectarse hacia Él, y dos, que se encuentra tan bien consigo mismo que no encuentra mejor compañía que la suya propia.



Recordar, una vez más, que la evolución es limpiar las energías negativas y sustituirlas por energías positivas, pero al trabajar cada ser los aspectos que más le interesa, irá limpiando, activando y energizando diferentes chakras en su cuerpo energético, y diferentes a su vez de otros muchos seres. Cada persona es única, y aunque dos se parezcan, no son iguales.

En nuestro deambular por la materia nos vamos encontrando con seres variopintos que van siendo nuestro termómetro para medir nuestra propia evolución. Todos son un espejo en el que vemos reflejada nuestra propia imagen, nuestras propias carencias, nuestros miedos, nuestras miserias, nuestra ignorancia, nuestro sufrimiento, nuestro dolor, nuestras soledades.

Cuanto menor es nuestro nivel de evolución, más dolor, más sufrimiento, más división, más separación, más religiones, más opciones políticas, más estados o mini estados, más banderas, más discriminación, más guerras, más hambre, más pobreza, más ignorancia.

Si todos nos encontráramos en el mismo nivel la evolución, a medida que este fuera creciendo nos iríamos uniendo cada vez más, para llegar al final de nuestro tiempo a un solo estado: la Tierra, a una sola religión: el Amor, a un único objetivo: caminar juntos hacia Dios, a un solo sentimiento: la felicidad, a un solo parentesco: la humanidad, una sola enseñanza: vivir desde el corazón.  


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