El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




lunes, 30 de enero de 2017

Yo Soy Uno con Dios

Continuación de la entrada “El origen del hombre”

A pesar de saber de qué todos los hombres van a llegar a la unión del Dios, aquellos que entienden e integran la razón de la vida, pueden acelerar el proceso y ahorrarse un buen número de vidas y, por ende, muchos momentos de sufrimiento. Porque ¿Cuántos de los que estáis leyendo esto os consideráis plenamente felices, o parcialmente felices, o un poco felices, o felices a ratos? Y, además, ¿Sois conscientes de esos momentos de felicidad?

En la “Meditación de los corazones gemelos”, meditación que se realiza en Pranic Healing, que es una técnica de sanación y crecimiento, en dos momentos específicos de la meditación se pide recordar un momento feliz. Pues, aunque parezca increíble, hay un porcentaje muy alto de personas que cuando comienzan a realizar esta meditación comentan que les resulta complicado encontrar un momento feliz. Y si quieren encontrar dos, ya es casi una misión imposible.



Y no es cierto, porque sí que existen muchos momentos felices en las vidas de las personas. Lo realmente dramático es que muchos están tan enfrascados en su sufrimiento que no son conscientes de esos momentos, que permanecen escondidos y olvidados en algún cajón de la mente y, por supuesto, si son incapaces de reconocer esos momentos, está claro que para ellas “no existen”.

El problema real es que los seres humanos no saben, en un alto porcentaje, que es la felicidad. Creen que la felicidad son esos momentos de euforia que sienten cuando consiguen la realización de un deseo, bien sea material o emocional.

Pero la felicidad no tiene nada que ver con la consecución de los objetivos que cada persona programa en su mente, fruto, casi siempre, de sus creencias erróneas. Creencias que han sido inculcadas a lo largo de los tiempos por las sociedades en las que han elegido vivir.

La felicidad es un estado interior, es un estado de paz y serenidad al que se llega cuando se aceptan los vaivenes de la vida, cuando se acepta al resto de personas que comparten su encarnación, tal como son, sin intentar cambiar nada en ellos. Se llega a ese estado cuando no se ponen esclusas para detener la vida, y se deja que esta siga su fluir, disfrutando o sufriendo cada momento, porque está claro que la vida no es un camino de rosas, pero tampoco es un valle de lágrimas, (todo es según el color del cristal con que se mira). Pero sea como sea el momento, bien de alegría, bien de dolor, se ha de vivir sin atarse a esa emoción, sin atarse a ese momento, porque al momento siguiente el suceso pasó, y no hay que alimentar ni el goce ni el dolor con el pensamiento.

Y sobre todo se llega a ese estado cuando se vive en Dios, cuando se es consciente de la propia divinidad, cuando se acepta otra creencia distinta a la que presenta la sociedad y que la mente ha hecho suya. Y esa otra creencia es la de que se ha elegido la vida para acelerar el proceso de unión con Dios.

Existen en la actualidad infinidad de técnicas para conseguir un sinfín de beneficios, asociados todas ellos no solo a la mejora integral del ser humano: mejor salud física, mejor salud emocional, o mejor salud mental, sino también técnicas para satisfacer cualquier deseo material.

Con todas estas técnicas, si la persona se involucra, (que no siempre es así, aunque parezca difícil de creer), consigue, con algunas limitaciones, aquello que se publicita en la técnica. Puede liberar la mente de pensamientos dañinos, se puede liberar del estrés, de la ansiedad y de sus miedos, solo por nombrar algunas de las perniciosas emociones que corroen al hombre actual.

Sin embargo, existen ciertas limitaciones que impiden que se consigan al cien por cien los beneficios que genera la práctica de dichas técnicas. Esas limitaciones vienen dadas por el Plan de Vida.

El Plan de Vida es el contrato con el que cada alma se compromete antes de viajar a la vida, y en él existen aspectos que se tienen que cumplir en cualquier circunstancia, ya que son los pilares sobre los que se asientan las experiencias más importantes que necesita vivir el alma encarnada.

Por lo tanto, si a pesar de todos los esfuerzos no se consigue aquello que se busca, solo le queda al hombre “aceptar” la situación de vida, ya que dicha situación ha sido minuciosamente organizada y planificada por él mismo antes de su llegada a la materia. Sin embargo, si con su esfuerzo no consigue todo lo que desea, si conseguirá, no empeorar la situación y eso ya es una ganancia.

Ya tiene así el hombre la felicidad al alcance de la mano, solo tiene que hacer valer su voluntad y su trabajo para la realización de las diferentes técnicas que necesite según sea su situación, y utilizar la propia fortaleza para aceptar las situaciones que no puede cambiar.

Pero después de todo esto, sería conveniente hacerse una pregunta, ¿Dónde queda Dios?, ¿En qué beneficio de qué técnica se Le puede encontrar?

Se Le puede encontrar de manera subliminal en todas las técnicas, que llevan al hombre a la introspección, es decir en la observación que cada persona hace de su propia conciencia o de sus estados de ánimo para reflexionar sobre ellos, porque el camino más corto que puede realizar el hombre para llegar a Dios es viajar a su propio interior, abandonando los pensamientos, apostatando de sus creencias, liberándose del miedo de ser divino.

Para acercarse a Dios de manera más rápida, se pueden añadir dos técnicas más, que además van a llevar a la persona a un estado de paz y de serenidad desconocidas:  
1)    El pensamiento consciente, mantenido en la mente el mayor tiempo posible: “Yo Soy Uno con Dios”.
2)    Ante cualquier situación hacerse antes de actuar la pregunta: “¿Cómo lo haría Dios?”, y actuar en consecuencia. (Por supuesto en este punto hay que olvidarse de religiones. Recordar que Dios ama a todos por igual: A los ateos, a los asesinos, a los ladrones, a los practicantes de cualquier religión, a las prostitutas, a los divorciados, a los homosexuales, a los curas, a los pedófilos, en fin, a todos. Todos somos iguales para Dios).


¡Feliz viaje de regreso a Casa!

martes, 24 de enero de 2017

Si no hay ofensa no es necesario el perdón



El origen del hombre

En la batalla para encontrar a Dios,
tiene el guerrero que luchar consigo mismo
 y vencerse, sin sentirse derrotado.
Alfonso Vallejo  

El desconocimiento de la divinidad del hombre es, sin ningún género de duda, la primera y principal razón de la infelicidad, del sufrimiento, y de la insatisfacción del ser humano, solo por citar algunos de los males que aquejan a la sociedad actual. Que son los mismos males que aquejaban a la sociedad anterior y muy posiblemente los que sufrirán las sociedades futuras.

         Pero, es más, ese desconocimiento es la única causa de sus repetidas encarnaciones y de sus viajes de la esencia a la materia. Porque la razón de tanta sinrazón, la razón de sus reencarnaciones, la razón de tanta vida “que parece inútil” y de tanta muerte, sólo es para activar el recuerdo de su divinidad y vivir en la materia como vive cuando se encuentra al otro lado de la vida física.

         El origen del hombre es Dios, y ese será su destino. Y a pesar de tantas vidas absurdas, a pesar de todos los intentos del ser humano por permanecer dormido, todos llegarán a Dios, más pronto o más tarde, pero todos llegarán. Sin embardo, para llegar a Dios, hay que encontrarle. Y hay que hacerlo en la vida física. Es aquí, en la materia, donde el hombre ha de realizar su trabajo de exploración y de reencuentro con Dios.

         Es aquí donde el ser humano tiene que luchar, en soledad, y mantener una lucha sin cuartel “con su mente contra su mente”. En la batalla para encontrar a Dios, tiene el guerrero que luchar consigo mismo y vencerse, sin sentirse derrotado. 

El hombre sin Dios es nada, es como una hoja movida por el huracán de su mente que va posándose, de manera despiadada, sobre los deseos incumplidos, sobre los amores rotos, sobre las enfermedades del cuerpo y las soledades del alma.



Es tan profundo el sueño del hombre, que incluso los que sueñan con el despertar, cuando entreabren los ojos, exclaman en su fuero interno “Ah, ya entiendo de que se trata”, pero todo se queda en eso, en el entendimiento. Intelectualizan el concepto de Dios, sin integrar en cada célula de su cuerpo el concepto de que no sólo él es Uno con Dios, sino que también lo son todos los que le acompañan en su viaje por la vida, lo son los que le acompañaron en anteriores viajes, y los que le acompañarán en los siguientes.

Eso quiere decir que todos somos lo mismo, que todos somos Hijos de Dios, que todos somos Uno con Dios, es decir, que todos somos hermanos.

Para el hombre que integra el concepto de Dios en cada célula se han acabado las religiones, se han acabado las políticas, las razas, los nacionalismos, las diferencias de clases, se han acabado los juicios y las críticas a sus hermanos. Porque integrar el concepto de Dios en cada célula significa abrirse al Amor Universal, significa abrirse a la compasión, a la misericordia, significa olvidarse del perdón porque nunca se va a sentir ofendido, significa vivir como si Dios estuviera frente a él, en cada ser humano, en cada animal, en cada planta.

¡Que tarea tan difícil nos hemos puesto los seres humanos!

Continuará……

miércoles, 4 de enero de 2017

Sanación Espiritual

La Sanación Espiritual es la práctica de canalizar la Energía Divina para que interactúe sobre todas las dimensiones existenciales del ser humano.



La Sanación Espiritual actúa en la dimensión espiritual. Durante la terapia el terapeuta y el paciente entran en un espacio sagrado que es un nivel elevado de conciencia en el que se produce la sanación canalizando hacia el paciente una determinada gama de frecuencias de la Energía Universal para limpiar y transmutar las energías negativas, que en su forma de bloqueos energéticos,  impiden el paso de las energías positivas que mantienen la buena salud en todas las dimensiones del ser. Y lo hacen limpiando en profundidad para que no quede ningún residuo energético desfavorable que pueda volver a emerger y actuar como núcleo inicial al que se puedan ir anclando otras energías negativas similares.

Las personas que son tratadas con la Sanación Espiritual reciben una transmisión de energía que reestructura  y reordena las energías alteradas y reactiva sus recursos naturales, su sistema inmunitario y sus fuerzas internas para ayudarles a enfrentarse a la enfermedad, y sobre todo a la causa, que no es más que sus malos  hábitos, sus perniciosas rutinas, sus emociones destructivas y sus pensamientos negativos y carentes de amor hacia sí mismos y por extensión hacia los demás. 

Aumenta en el paciente, si este así lo decide, su capacidad de recuperación y consigue mejorar su sintomatología, así como aumentar la confianza en sí mismo para afrontar su enfermedad, para dejar de verse a sí mismo como enfermo y dejar de identificarse, de una vez y para siempre, con su enfermedad y pasar de sentirse como un "ser enfermo" a verse como un “ser humano” completo, con un desarreglo en su cuerpo físico: "Yo no soy mi enfermedad".

La Sanación Espiritual ayuda a sanar, o si la sanación no es posible, ayuda a la persona a aceptar la enfermedad como vehículo de crecimiento.




sábado, 17 de diciembre de 2016

Eva quiere ser feliz (2 de 2)

Del libro “Relatos del Inca”

         La hija de una amiga de la mamá de Eva estaba finalizando sus terapias con ”El Inca”, un sanador, y por lo que parecía, con un éxito sin precedentes, ya que María, que así se llamaba la hija de su amiga, había frecuentado terapias de todo tipo, tradicionales y no tradicionales, sin ningún resultado, hasta ese momento.

         Ante el cambio de María, que incluso llegaron a calificar como un milagro, no tardó en concertar una cita para ella misma. A la mamá de Eva le gustaba frecuentar todas las terapias que alguien le decía que funcionaban. A pesar de que con ella no funcionaba ninguna, pero.., ¡en alguna ocasión sonaría la flauta!


         Sin embargo, ¡No era cuestión de flauta!, ¿Cómo era posible que nadie la hubiera dicho que la sanación, de “eso” que estaba buscando con tanto ahínco solo iba a producirse cuando ella misma decidiera sanarse?, ¿Cómo era posible que nadie la hubiera dicho que cualquier sanador era un mero acompañante en su propio proceso?

         Por supuesto, la flauta no sonó y la terapia tampoco funcionó con ella, pero aun así concertó una cita para Eva.

         Eva acudió a su cita con Mélody, que era como se llamaba su hijita, y que entonces contaba con un mes de nacida.

  •       ¿En qué puedo ayudarte?, le preguntó el sanador.
  •       Eva, con los ojos brillantes por las lágrimas que pugnaban por salir, dijo poco: Bueno, estoy un poco nerviosa. La niña tiene un mes, tiene muchos cólicos y llora mucho. Descanso poco y eso me tiene un poco estresada.
  •     El sanador intentó averiguar un poco más, ya que entre las sensaciones que estaba percibiendo no destacaban, de manera prioritaria, su estrés, sino que la sensación era que la invadía una tristeza y una soledad que hacían daño, incluso físicamente: ¿Eres feliz? 
  •    Por supuesto, contestó Eva, llevó casada tres meses y ahora Mélody. Estoy enamorada de mi esposo, no hay razón para que no sea feliz.
  •      Ya, pero mi pregunta, prosiguió el sanador, no es si tienes razones para ser feliz, la pregunta es si eres feliz.
  •        Claro que soy feliz, ratificó Eva.

Viendo el sanador lo difícil que iba a ser arrancarle ninguna otra palabra decidió comenzar la terapia. El sanador tocó a la persona, y comenzó a meditar a su lado. Lo que tiene que pasar pasa. Siempre pasa. Siempre reciben la persona y el sanador lo que tienen que recibir.

En esta terapia también, y aparte de tranquilizar a Eva hasta el sueño, le llegó al sanador la información justa y necesaria, para que una vez trasmitida a Eva, ella hiciera con esa información lo que considerara más conveniente.

    •       Eva, le dijo el sanador una vez finalizada la terapia, te voy a traducir todas las sensaciones que he recibido. Podrás creer en ellas o no, porque no hay comprobación científica de que lo que te voy a contar sea cierto, si te resuena dentro de ti, tu sabrás lo que tienes que hacer, y si no te resuena lo olvidas: Si parece que estás enamorada de tu esposo, y es cierto que vives en un estado de ansiedad importante, aunque ahora un poco menos después de la terapia. Pero también guardas dentro de ti demasiada tristeza debido a la soledad con la que estás afrontando tu reciente maternidad y por supuesto, tu vida. Y aun hay algo más, da la sensación de que no te sientes querida por parte de tu esposo, o al menos no tan querida como a ti te gustaría, y no solo no te sientes querida, sino que ni tan siquiera te sientes comprendida, y no parece que recibas toda la ayuda que necesitarías en estos momentos. Bueno a excepción de la de tus padres, aunque me da la sensación de que te crispa que ellos te ofrezcan su ayuda, ante la ausencia emocional, y a veces física de tu esposo.
    •          Si, contesto Eva con un hilo de voz, es, más o menos así.
    •     Y te voy a decir más, prosiguió el sanador, creo que después del trabajo de aceptación que tuvieron que realizar tus padres, no quieres que sepan la situación por la que estás atravesando, lo cual te genera una ansiedad y una tristeza añadida.
    •        Una pregunta, y mi estado ¿Le puede afectar a mi hija?, preguntó Eva.
    •       Por supuesto. Un porcentaje importante de su malestar es provocado por la energía que recibe de ti. Ten en cuenta que vive en tu aura, que eres su alimento, que eres su vida, respondió el sanador. Tienes dos caminos: Uno, aceptar la vida que tienes, sin sufrir porque no es la vida que habías soñado, y dos, analizar lo que no te gusta de tu vida y cambiarlo. Ambas son difíciles, es tu elección. Tanto si optas por una como por la otra, puedes contar conmigo. Aunque te queda otra opción, que todo siga igual. Para eso, ya no hace falta que vuelvas, porque yo intento ser sanador, pero lo que no me gusta es ser curador, porque posiblemente consigamos eliminar los síntomas, pero dentro de poco volverás a estar en las mismas condiciones. Sanar es eliminar la causa del mal, curar es eliminar los efectos. Pero si se trabajan los efectos, como la causa sigue indemne volverán a resurgir los mismos síntomas más pronto que tarde.

A los dos días el sanador recibió una llamada de Eva:
  •  Pues ya está todo solucionado, hemos hablado y me vuelvo a sentir querida, acompañada y apoyada. Estoy muy contenta, dijo Eva al otro lado de la línea telefónica.
  • ¡Oh!, cuanto me alegro, le contesto el sanador. De cualquier forma si vuelves a sentirte mal, llámame y concertamos una nueva cita.
  •    OK, gracias, se despidió Eva.

El “Inca” sabía perfectamente que nada estaba solucionado, pero Eva no podía permitirse que alguien estuviera al tanto de “su secreto”.

Por supuesto que se concertaron nuevas citas con pretextos infantiles, pero el problema seguía en las mismas condiciones.

    •       Eva, si no haces algo siempre vas a estar mal. Si siempre haces las mismas cosas el resultado siempre va a ser el mismo, es decir, siempre vas a estar mal. ¡Haz algo!, ¡Toma las riendas de tu vida!, no permitas que la vida te zarandee como si fueras una pluma en mitad del huracán. Le decía el sanador.
    •     Yo le quiero, decía Eva en un mar de lágrimas, y tampoco quiero dar este disgusto a mis padres.


Seis meses después Eva sigue sufriendo.


jueves, 15 de diciembre de 2016

Eva quiere ser feliz

Del libro "Relatos del Inca"

A la quinta fue la vencida, y por fin los papás de Eva, después de cuatro hijos varones tenían a su mujercita.

Los papás de Eva tenían una vida acomodada, muy acomodada, y Eva creció con todas las necesidades básicas, más que cubiertas, y con todos los caprichos inimaginables a su alcance.



Era tan grande el amor de los papás de Eva por su preciosa hija, que la dejaban hacer y deshacer a su libre albedrío. Ellos consideraban que lo importante era que la niña fuera feliz, y no demostraron, en demasía, su decepción, cuando Eva decidió abandonar su carrera de arquitectura y cambiarla por un instructorado de yoga. Incluso la mamá asistía a sus clases, aunque no con la regularidad que sus estados emocional y mental requerían.

La decepción y una ligera oposición ya tomaron forma cuando Eva comenzó a frecuentar a un muchacho, perteneciente a una clase social muy inferior a la suya, y que lo único que destacaba en su curriculum era su físico, una bonita voz para cantar, profesión a la que quería dedicarse, y una vida bohemia, más como huida de una familia completamente desestructurada, que como anhelo de vida.

La oposición ya fue total cuando Eva soltó la bomba en su casa:  
- Estoy embarazada, pero Ramón, (que así se llamaba el futuro papá de la                         criatura), quiere que nos casemos y hacerse cargo del bebé”.
-                         -  Y ¿Cómo se va a hacer cargo del bebé, y de ti, teniendo en cuenta que no trabaja y            no parece tener ningún ingreso?, le preguntó el padre de Eva.
-                       -  De momento habíamos pensado vivir aquí hasta que encuentre algún trabajo, dijo             Eva.
-                    - Si quiere trabajar, mañana mismo puede comenzar en nuestra empresa, le respondió         el padre.
-                     - No papá, ya sabes que a él le gusta la música, ha escrito varias canciones y está              esperando respuesta de algunas casas discográficas para grabar un disco, dijo Eva.

El cambio de opiniones, por no llamarlo discusiones, siguió durante algunos días, hasta que los padres de Eva, pensando siempre en la felicidad de su hija, y ahora en la de su futuro nieto, o nieta, terminaron cediendo. En las conversaciones que mantenían los padres, sin la presencia de Eva, decidieron que aceptaban la boda, haciéndose incluso cargo de todos los gastos, que vivieran en una parte de casa, teniendo en cuenta que había espacio más que suficiente, que por supuesto les iban a mantener, y que esperarían, porque es lo que parecía anunciado, que su hija cayera para ayudarla a levantarse y seguir con su vida.

Llegó el día de la boda. Eva lucia con orgullo su embarazo, ya de siete meses, sin saber que este era el principio de su infelicidad.

No había pasado ni un mes de la boda, cuando la sonrisa de Eva que siempre lucia radiante y aparecía de manera espontanea, comenzó a hacerse menos frecuente, y cuando aparecía, ya no era viva, ya no era luminosa, para los que la conocían era lo menos parecido a su antigua sonrisa, era una mueca y un signo de tristeza. Cuando alguien le insinuaba algo, siempre se justificaba con las molestias de su embarazo.


Continuará…………….


jueves, 8 de diciembre de 2016

"Alea jacta est"

No era habitual que todos los miembros del Consejo Kármico presentaran el Plan de Vida a un alma, ya que lo normal era que asistieran a la presentación uno o dos miembros del Consejo, acompañados por los ángeles ayudantes y los futuros guías del alma en su nueva vida, a no ser que la misión que se iba a presentar al alma tuviera algo de extraordinario. Pero en este caso así lo parecía. Llegar a Dios desde la nada y enseñar ese camino podría ser un reto demasiado difícil.



-      Y continuaron su exposición: Es difícil, pero no imposible. Sabes que nunca se realiza una programación imposible, todas son realizables. Tu afán por finalizar los viajes a la materia, tu desapego de la vida terrenal y el ansia para conseguir cuanto antes tu unión con Dios nos ha llevado a esta organización de vida para ti. El Karma que tienes pendiente es totalmente asumible.

-      Siguió el Maestro presentando la vida a Kepha: Tus padres y el resto de tu familia, van a encontrarse muy lejos de la espiritualidad, para que no tengas ningún tipo de influencia y para que la descubras por ti mismo. Lo mismo pasará con tus relaciones y con las familias que formes a través de esas relaciones. Tendrás tres relaciones importantes. Con tu primera esposa sois totalmente desconocidos, nunca antes habéis coincido en ninguna vida. Es un alma joven que recién está iniciando su aventura, pero será necesaria para el aprendizaje de ambos, sobre todo en cuanto al respeto y la generosidad se refiere. Las otras dos relaciones serán con almas afines de muchas vidas, y aunque seguiréis aprendiendo, con vuestros problemas, no serán relaciones traumáticas como bien podría llegar a ser la primera. Tendrás dos hijos: Una mujer en tu primera relación y un varón en la tercera, con una diferencia de casi cuarenta años entre ellos. El segundo será un maestro que continuará tu labor y necesitará del camino que vayas abriendo con tus enseñanzas. Este hijo es Erihak, el que una vez encarnó como Juan el Bautista o como el Inca Lloque Yupanqui. Siempre de carácter fuerte, carácter que también tendrá en esta vida. Habéis coincido en el ochenta por ciento de vuestras vidas y ya sabes que casi siempre ha sido tu padre biológico. Ahora tú serás el padre. Cuando aparezca estarás a punto de iniciar tu auténtica misión.

-      Otro Maestro tomó la palabra: La Madre será tu Maestra para el desarrollo de tu misión y Jesús tu Maestro en la sanación. Según vayas despertando, se irán despertando distintas cualidades en ti, pero solo será cuando ya no suspires por ellas y te de igual tenerlas que no.

-      Nacerás en España, para que entiendas su idiosincrasia. Has luchado con ellos en dos ocasiones, hace 500 años cuando invadieron a sangre y fuego tu país y hace 200 cuando guiabas a los pueblos americanos para liberarlos de su yugo. Sabemos que no hay resentimiento en ti hacia ellos, pero si es bueno que termines de asimilar una vida en la materia desde posiciones antagónicas.

-   Tú sabes que los nacionalismos, como todos los “ismos”, las religiones, las creencias, las opciones políticas, las tendencias, la sexualidad, y tantos pensamientos erróneos solo sirven para separar a los seres humanos, todo eso es fuente de conflicto, es germen de guerras.

-      Pueden comenzar los hombres una guerra por un trocito de tierra o de mar, porque un avión pasa por un cielo que se considera propio, en el nombre de Dios, (ya lo hicieron unos en las cruzadas y lo hacen otros ahora), por un pedazo de trapo que denominan bandera, por un pozo de petróleo o una mina de diamantes, como prevención de algo que ni ellos mismos saben qué, por una lengua, o para tapar otros problemas internos. Aunque sin llegar a la guerra también se generan conflictos por casi todo. ¿Hasta cuándo? 
  
-      Todo es producto de la separación entre los seres humanos, y cualquiera que sea la causa de la separación solo es producto de la ignorancia en la que viven, agravada esa ignorancia por el egoísmo y por las ansias de poder.

-   Esa ignorancia no significa que sean analfabetos, no, son buenos maestros, abogados, ingenieros o médicos. No es un conocimiento intelectual el que les falta, ese conocimiento, aunque no sirve de mucho, lo tienen. Lo que les falta es saber quiénes son realmente.

-      Discutir por un trapo, por un trozo de tierra o por cualquier causa que los humanos crean justa en su corto conocimiento solo les separa de Dios. En lugar de discutir, en lugar de pelear, en lugar de separar, han de aunar esfuerzos, porque la vida que hay en uno es la vida que hay en todos, porque hoy pueden pelear por quitar una bandera en un lugar y en la próxima vida pueden pelear por volver a colocarla de donde la quitaron ellos mismos.

-      Recuerda que todos somos Uno, que en la materia todos sufrís lo mismo, todos sentís lo mismo, todos vais al mismo puerto, todos estáis embarcados en el mismo barco, se llama Tierra, ¡Qué bien os iría si todos remarais en la misma dirección!


-      Kepha, “Alea jacta est”. Dentro de poco estarás en la materia. Estamos contigo hijo.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Buscar en el silencio interior

En vidas anteriores ya había Kepha intentado desarrollar su intuición. O mejor, había intentado vivir de acuerdo a los dictados de su corazón, porque eso es la intuición: La habilidad para conocer, comprender o percibir algo de manera clara e inmediata, sin la intervención de la razón.

Todos los seres humanos están siempre ávidos de respuestas, queriendo saber. Pero sus preguntas, y por ende las respuestas que esperan recibir están relacionadas con el lugar que ocupan en su camino de evolución.

En realidad, el ser humano, más que saber, lo que anhela es tener una confirmación de que se van a realizar sus sueños. Porque cuando el ser humano pregunta, no es que quiera saber, lo que él quiere es escuchar determinadas respuestas que van en sintonía con sus deseos.


Los que se encuentran total y absolutamente dormidos sólo preguntan sobre su vida en la materia, las preguntas clásicas relacionadas con la salud, relacionadas con el dinero y relacionadas con el amor. Y por supuesto lo que esperan escuchar es que su salud es fantástica, y la de su familia también. Que su trabajo va a ir viento en popa, con posibilidades de conseguir un ascenso que va a llevar aparejado un buen pellizco de dinero. Si no tiene pareja, quiere oír que va a encontrar a su alma gemela. Si tiene pareja y se siente bien, no va a preguntar cuestiones sobre el amor, pero si no se encuentra muy bien, va a realizar la pregunta clásica: “¿Me tengo que separar?”.

Es curioso, los problemas de relación que tienen las personas una vez se encuentran en la vida. Conocen a una persona, se enamoran, según lo que ellos entienden por amor, y deciden unir sus vidas. A partir de ese momento, comienza para muchas de esas parejas una auténtica vida de sufrimiento, plagada de engaños, de desencuentros, de desamor, de desconfianzas, una vida anodina, una vida triste y aburrida, llena de gritos y de silencios, llena de rencor y en algunos casos de maltratos, bien sean físicos o emocionales. Y todo ese conglomerado es el mejor caldo de cultivo para encontrar, incluso sin buscarlo, un nuevo amor, con lo que comienza la separación de la pareja, que es una de las etapas más grises, más duras y más tristes con las que tienen que lidiar las personas en la materia, a excepción de la desaparición de sus seres queridos, alentados por la sinrazón de las religiones que avalan que la pareja ha de permanecer en el tiempo aunque vivan rodeados de espinas.

Cuando los seres humanos alcancen no más que un ápice de los tres pilares de la Triada de la Ascensión comprenderán, sin grandes esfuerzos, que cualquier relación, su duración en el tiempo y la interacción entre los miembros de la pareja es, como cualquier otro aspecto de sus vidas, algo programado, consensuado y aceptado de antemano en su Plan de Vida para la evolución y el crecimiento de los componentes de la pareja, y que la propia separación lleva inherente más aprendizaje. El amor, el cariño, el respeto y la generosidad son las virtudes que han de poner en práctica los miembros de la pareja en proceso de separación.

 Volviendo a la avidez por querer saber de los seres humanos, aquellas personas que empiezan a despertar van a añadir a las preguntas típicas, alguna sobre cuál es su misión, quien su Maestro y que ha sido en otras vidas.

Pero si hubiera alguno total y absolutamente despierto no necesitaría preguntar. No tendría curiosidad por conocer respuestas ya que, es muy posible, que no tuviera preguntas. Y si tuviera que conocer alguna cosa, la sabría escuchando su corazón, porque ahí están todas las respuestas. 


Y esas respuestas las tienen todos, y las tienen siempre. Es su intuición. Solamente tienen que buscar su silencio interior.


miércoles, 30 de noviembre de 2016

Programación de la vida de Kepha

Últimamente todas las entradas tienen una continuación, y para no ir escribiendo siempre continuará y continuación de, no indicaré nada hasta que haya una entrada independiente.

No era habitual que los Señores del Karma preguntaran al alma cuál sería su elección. Ellos saben de antemano que todas las almas elegirían una vida dura, una vida de sufrimiento, una vida en la que pudieran eliminar todo el Karma pendiente, para terminar cuanto antes su andadura terrenal y poder unirse definitivamente a Dios.


Si ya es difícil cumplir la programación establecida, imaginar una vida así, dura y con sufrimientos extremos, programada por el alma interesada. Sería imposible de llevar a buen puerto por la cantidad de dolor y sufrimiento que tal vida comportaría. Por eso los Señores del Karma asignan a cada alma el Karma justo y necesario con posibilidades de ser eliminado. Y, aún así, ya sabemos que es lo que ocurre. Los seres humanos, no solo no cancelan el Karma asignado a la vida, sino que incrementan su carga, al confundir la vida de sueño que viven en la materia con la real y auténtica vida.

La inmensa mayoría de los seres humanos, una vez en la materia, creen que la vida es el espacio de tiempo comprendido entre el nacimiento y la muerte del cuerpo. Y no es así. Una vida es el espacio de tiempo y de “no tiempo” comprendido entre dos nacimientos, y en ese periodo se contabiliza un nacimiento a la vida física, una vida en la Tierra, la muerte del cuerpo, la estancia al otro lado de la vida y una nueva encarnación. Así se vive una experiencia completa, siendo el espacio más pequeño el comprendido por la vida física. Pues bien, es justamente ese espacio ínfimo de tiempo lo que los seres humanos consideran toda una vida. 

Y en ese ínfimo espacio de tiempo los seres humanos se ocupan en hacer justamente lo contrario de aquello que habían planificado al otro lado de la vida: Darle la espalda a Dios. Cuando, paradojas de la vida, la única razón para la vida es reconocer la propia divinidad y realizar la unión con Dios.

-      ¡Qué curioso! Por un lado elegiría una vida en la que pudiera quemar todo el Karma pendiente y aprendiera definitivamente a Amar, para no tener que volver. Sin embargo, continuó Kepha, siento tanta pena por cómo se encuentra la humanidad que podría sacrificar la liberación total del Karma, y dedicaría la vida a enseñar a mis hermanos cuál es el camino para volver a Dios. Si, si me dan a elegir elegiría la segunda.
-      Perfecto hijo, ¡Así será! Que tu misión principal sea enseñar a tus hermanos que han de hacer para recordar qué son, de dónde vienen, y adónde tienen que ir. Le contestó uno de los Maestros del Consejo.

-      Y prosiguió: No vas a guardar ni un ápice de memoria de lo que eres, ni de lo que somos, ni de donde estamos, ni del cual es el objetivo de la vida, ni de nuestra divinidad. Y no lo vas a hacer porque esa va a ser, precisamente, tu misión. Demostrar que se puede llegar a Dios desde cero, sin ningún tipo de ayuda, y después enseñar ese mismo camino a los demás. Pero si vas a tener una ayuda: Tu intuición. Tienes que ser capaz de viajar a tu corazón para sentirla, y después mantenerla sin pasarla por tu mente para que no la eches a perder. Ninguno de nosotros te va a dar ninguna pista, de ninguna de las maneras que solemos hacerlo. Únicamente podremos confirmarte aquello que ya tengas claro. Ahora hijo mío vete a meditar mientras preparamos esa vida. Impregnarte del amor a Dios que sentías en tu vida de monje, cuando le prometiste dedicarte a Él, imprégnate del conocimiento de tu vida de Willaq Umu,(sumo sacerdote inca), de la compasión de tu vida como sacerdote cuidador de leprosos, del amor que compartías con Jesús en tu vida de Pedro, de la vida de sacrificio cuando luchabas por los mínimos derechos de tu amado pueblo americano. Medita hijo. Volveremos a llamarte.